El liderazgo femenino empieza a calar con fuerza en nuestras organizaciones, instituciones o sectores políticos. Una nueva forma de hacer frente a los desafíos del día a día a partir de una serie de valores o actitudes que se desmarcan del comportamiento humano tradicional. Y es que, hasta ahora, la tradición ha sido esencialmente masculina.
Un ejemplo de este liderazgo femenino emergente fue el rol de las mujeres en la respuesta al COVID-19 y la preparación para una recuperación más equitativa. Una toma de decisiones tan claras como efectivas que permitieron hacer frente a una situación excepcional cuidando tanto la salud como la economía de cada país.
A pesar de este crecimiento en la toma de poder femenina, las mujeres siguen haciendo frente a obstáculos que, los varones, ni tan solo conocen. Mientras que los índices de matriculación femenina en posgrados universitarios oficiales son del 55,4% (INE curso 2020-2021), su presencia en los órganos de dirección de las empresas del mercado continuo español fue del 25,80% en 2021, según el X Informe Mujeres en el IBEX-35.
Por esta razón, aún se vuelve más importante conseguir la presencia de mujeres en puestos de mando o control. Pues el liderazgo femenino es un paso esencial para avanzar en la rotura del llamado ‘techo de cristal’.
Libertad. Responsabilidad. Igualdad. Diversidad. Emocionalidad. Definitivamente, sí, existe un modelo de liderazgo femenino que engloba todas aquellas cualidades necesarias para avanzar como sociedad. Un modelo que actúa colectivamente, analiza desde una parte emocional y no deja a nadie atrás.
“Este estilo de liderazgo puede ser descrito como multidireccional y multidimensional, más firme y constante, más creativo, generador de una mayor cohesión en los equipos y con una mayor incorporación de la inteligencia emocional, lo cual genera enfoques consultivos y cooperativos”. Así lo describen Rosa Escapa Garrachón y Luz Martínez Ten en Estrategias de liderazgo para mujeres directivas. Esta publicación marca una hoja de ruta para que las mujeres directivas desarrollen su propio modelo, pero potenciando esas señas de identidad que los muchos estudios sobre el liderazgo femenino actuales atribuyen a un modo de hacer diferente.
WhatsApp us