Hay experiencias que se viven y se olvidan. Y otras que te acompañan para siempre. Recientemente, nuestra CEO Clara Lapiedra ha tenido la suerte de viajar hasta Kibera, en Nairobi (Kenia), ha sido una de esas vivencias que dejan una marca profunda. Kibera es una de las barriadas más densamente pobladas y humildes del planeta, pero también uno de los lugares donde más palpita la fuerza de la comunidad, el deseo de aprender y la esperanza. El contacto fue posible gracias a la Fundación África Digna, que nos puso en contacto con Luis de Strathmore University, una universidad privada de Nairobi que ha puesto en marcha el programa Macheo, consistente en acompañar a estudiantes de secundaria para minimizar el abandono y que logren llegar a estudios superiores.
Desde AMBS, tuvimos la oportunidad de visitar el colegio New Horizons y colaborar en la renovación completa de una de sus aulas, gracias a un donativo impulsado por nuestra escuela. Lo hicimos con la convicción de que la educación es una herramienta poderosa para transformar realidades, y con el deseo de aportar nuestro grano de arena a quienes, pese a las dificultades, siguen creyendo en el valor del conocimiento.
Durante la visita, compartimos tiempo con profesores y alumnos, mujeres en su mayoría. Nos emocionó ver cómo los niños y niñas se sientan en sus pupitres con la misma ilusión con la que en otras partes del mundo abrimos un portátil (algo que, por cierto, es impensable e inalcanzable para ellos, que a duras penas tienen enchufes). Levantan la mano con entusiasmo, brillan sus ojos al ser preguntados por su futuro, tienen claro que nada les vendrá regalado y se consideran muy afortunados y afortunadas por poder ocupar estas aulas, ya que la educación no es algo a lo que todo el mundo tenga acceso en Kibera. Dibujan sus sueños en pizarras que, hasta hace poco, eran apenas tablones.
La experiencia fue especialmente impactante. Sentimos con fuerza lo frágil que es la línea entre una infancia con oportunidades y otra marcada por la escasez. Pero también confirmamos algo que en AMBS creemos firmemente: el liderazgo real no se mide solo en resultados, sino en el impacto que dejamos en los demás.
La actuación se completó con un segundo donativo por parte de algunas de nuestras alumnas, que ayudará a la familia de Miriam contribuir a los gastos para que ella pueda cursas sus estudios universitarios, al haber conseguido que una mujer asiática se los financie, 5 años después de haber terminado la secundaria.
Este viaje a Kibera ha sido un recordatorio de por qué apostamos por una formación que no se queda en el aula, sino que trasciende, conecta, transforma y deja legado.
Gracias, New Horizons, por enseñarnos tanto.
