Mujeres ambiciosas: sí, ¿y qué?

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El momento de las lideresas hace tiempo que llegó para quedarse. Emprendedoras, ejecutivas o empresarias. Mujeres con alta ambición profesional que ni se ocultan, ni se escoden. Y es que, como dijo Carme Artigas, Secretaria de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial: «No tenemos que conformarnos con nada cuando somos dueñas de nuestro destino». Pero, ¿por qué es un tema a debate este deseo femenino de querer crecer laboralmente?

Un síndrome de la impostora descafeinado, ¡por favor!

Ser mujer, madre o jefa. O, mejor dicho, ser las tres cosas a la vez. Las mujeres ambiciosas esquivan sus propios obstáculos, a la vez que plantan cara a aquellas trabas impuestas por el sistema actual. Una mujer con hambre de éxito, o de poder, es una amenaza para quien jamás ha querido creer en la magia del talento femenino. En la confianza de todas esas mujeres esté el nacimiento de un nuevo modelo de liderazgo capaz de transformar el sistema desde dentro, implementando una cultura empresarial tan inclusiva como diversa, siempre de forma transversal. Ni victimismo, ni marginación. La narrativa de la mujer no es la que nos han hecho creer.

El síndrome de la impostora existe, es cierto. Pero también está en nuestras manos combatirlo. La formación constante, la actualización dentro del mercado o las redes de contacto con otras mujeres pueden marcar la diferencia a la hora de confiar, o no, en una misma. «Las mujeres podemos aspirar a cualquier cosa, y esto, las niñas, merecen saberlo», comenta Vanessa Prats de Procter & Gamble.

El reclamo en el mundo STEM

El sector STEM es siempre el más afectado a la hora de hablar sobre la ruptura del techo de cristal o la presencia de féminas en puestos de poder. De hecho, Artigas explicaba lo siguiente en una entrevista en El Mundo: «Entre los 13 y los 17 años, las niñas se desincentivan de las carreras tecnológicas. Enseñamos mal las ciencias, no destacamos lo importantes que son en todas las áreas. Un médico debe saber sobre datos y un ingeniero de software sobre filosofía. Vivimos en un mundo transversal en el que, pronto, harán falta habilidades más que conocimiento«.

Nos encaminamos hacia un nuevo paradigma en el que las competencias digitales serán fundamentales. Los currículums formativos, poco a poco, van a tener que ir adaptándose a los nuevos reclamos del mercado laboral emergente. Mientras que la educación, tanto primaria, como secundaria y universitaria, tampoco va a poder quedarse atrás. ¿Lo mejor de todo esto? El liderazgo de las mujeres se adapta perfectamente a las demandas de un mundo más orientado a las personas, cooperativo, horizontal, predominantemente emocional y predispuesto al cambio.

Mujeres #AMBitiouS, ¿cómo no?

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