A pesar de la alta demanda de empleo en el sector STEM, muchas mujeres no se sienten atraídas por carreras científicas o tecnológicas. Las razones son infinitas. Desde la educación social hasta la falta de referentes, pasando por la brecha salarial o de género. La pregunta no es por qué las mujeres no optamos por carreras científicas, sino qué se puede hacer para revertir esta realidad.

¿Por qué las mujeres no optan por carreras STEM?

La falta de mujeres en carreras científicas o tecnológicas es un problema que ha sido reconocido durante décadas. A pesar de los esfuerzos por fomentar la igualdad de género en este campo, las mujeres todavía están subrepresentadas en áreas como la ingeniería, la física y las ciencias de la información. Una de las razones por las que las mujeres no optan por carreras científicas es la falta de modelos a seguir.

A menudo, las mujeres no tienen acceso a mentores o compañeras femeninas en estos campos, lo que puede hacer que se sientan aisladas e inseguras. Además, los estereotipos de género pueden hacer que las mujeres se sientan menos capaces en áreas que se consideran «masculinas», lo que puede desalentarlas de perseguir ese sueño.

En España, un escaso 25% de estudiantes se deciden por una rama relacionada con la ciencia y de ellos, únicamente 8 son mujeres. Decepcionante, ¿no creéis? Si seguimos con la investigación en datos, como apunta el último informe de la Unesco sobre ciencia, menos del 33% de los investigadores en todo el mundo son mujeres.

Y si nos centramos en el estudio ‘Mujeres e Innovación 2022’ del Ministerio de Ciencia e Innovación, resulta que las mujeres en estudios de máster en Ingeniería y Arquitectura representan el 32%, cifra que desciende a un 20% en doctorados de Informática e Ingeniería, lo que confirma la baja representación de las mujeres en ámbitos STEM.

Otra razón por la que las mujeres pueden evitar carreras científicas es la falta de flexibilidad en el trabajo. Muchas mujeres desean equilibrar sus carreras con responsabilidades familiares, pero a menudo la cultura laboral en la ciencia no permite esto. Los horarios largos y la presión para llegar a los deadlines puede hacer que las mujeres se sientan incapaces de equilibrar sus responsabilidades laborales y familiares.

Si a esto se le suma la nueva demanda de la generación Z, mucho más exigente a la hora de disponer de un horario laboral flexible o con teletrabajo, la necesidad de un cambio de mentalidad en organizaciones aún se hace más patente. Ejemplo de ello son los programas ejecutivos de Aula Magna Business School, creados por mujeres y para mujeres, con contenido resumido y actualizado y con un formato e-learning con posibilidad de masterclass y encuentros one-to-one. ¡Porque no debemos olvidarnos del networking!

La importancia de la diversidad de género en las STEM

Es importante abordar la brecha de género en las áreas STEM, no sólo porque es una cuestión de igualdad, sino también porque la diversidad de género puede mejorar la calidad de la investigación. Los estudios han demostrado que la diversidad de género en los equipos de investigación puede llevar a un enfoque más amplio y creativo en la resolución de problemas. Asimismo, según la Organización Internacional del Trabajo (2018), «con una sola mujer en el Consejo de Administración se reduce el riesgo de fallida de la empresa en un 20%«.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) prevé que, para el 2030, el 80% de los empleos de hoy desaparecerán y serán reemplazados por aquellos que se basen en una formación STEM. Es por ello que las mujeres no podemos quedar al margen de estas especializaciones pues, indirectamente, se nos estará dejando al margen del mercado laboral activo.

Iniciativas para fomentar la inclusión de las mujeres en la ciencia

Afortunadamente, hay iniciativas en marcha para fomentar la inclusión de las mujeres en la ciencia. Algunos programas están diseñados para dar a las mujeres acceso a mentores y oportunidades de desarrollo profesional, mientras que otros se centran en la promoción de la diversidad en los equipos de investigación. Si bien estas iniciativas son importantes es necesario un cambio cultural más amplio para cerrar la brecha de género en la ciencia.

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